Inspirado en una leyenda mesoamericana nace 400 Conejos®, el mezcal #1 en México. Elaborado en Tlacolula, Oaxaca, es un mezcal 100% agave que logra un perfecto equilibrio de sabores ahumados, frutales y suaves, gracias a la cuidadosa selección de los mejores agaves y a su proceso 100% artesanal.
Nuestro mezcal clásico, doblemente destilado en alambiques de cobre, creado a partir de plantas de agave Espadín cuidadosamente seleccionadas. Elaborado de manera artesanal por nuestros maestros mezcaleros, cada lote es asado lentamente bajo tierra y molido con piedra, dando como resultado el sabor distintivamente suave y frutal de 400 Conejos® Joven/Espadín.
Nuestro mezcal 400 Conejos® Reposado 100% agave Espadín es añejado de 3 a 6 meses en barricas de roble americano, dándole un tono dorado brillante con tonos ocre y sutil aroma ahumado. El sabor de este mezcal reposado es extraordinariamente equilibrado, donde la integración con la madera da como resultado extraordinarias sensaciones gustativas y aromáticas amaderadas, de frutas como piña madura, cítricos como naranja dulce y sutiles olores ahumados.
400 Conejos® Tobalá es un perfecto ensamble con agave Espadín, creando un único e inigualable mezcal donde se resalta el característico aroma ahumado y sutil sabor suave del agave Espadín, con la deliciosa dulzura del agave Tobalá, creando así un perfil de sabor único y especial para los verdaderos amantes del mezcal.
Nuestro mezcal 100% agave Espadín es añejado por 12 meses en barricas de roble blanco americano (que maduraron previamente tequila), dándole un tono ámbar con destellos dorados. El sabor de 400 Conejos® Añejo es extraordinariamente equilibrado con notas de madera, miel maple y agave cocido, con unos detalles de caramelo y vainilla que se fusionan perfectamente. Una verdadera experiencia, única e irrepetible.
La historia de 400 Conejos® se inspira en un culto ancestral mesoamericano. Cuenta la leyenda que los sacerdotes eran los únicos que podían establecer una vía de comunicación con los dioses y para lograrlo, consumían bebidas hechas a base de agave. Dichas bebidas eran exclusivas para ceremonias religiosas y para la élite espiritual.
A los dioses de las bebidas se les llamaban colectivamente en náhuatl centzon-totochtin (400 Conejos); cada conejo contaba con una personalidad única y diferente.
El número 400 era sinónimo de innumerable o incontable. Se creía que al tomar esta bebida el espíritu de 400 conejos se apoderaba del cuerpo y el comportamiento de quien la ingería, dependería del conejo que lo dominara.