Un Viaje a las Raíces del Mezcal
El mezcal, una joya de México, es mucho más que una bebida; es un pedazo de nuestra historia y cultura. Su nombre viene del náhuatl “metl” (maguey) e “ixca” (hornear), evocando el proceso ancestral de cocinar el agave. La leyenda cuenta que fue un regalo de Mayahuel, la diosa del maguey, enviado por el dios del fuego. ¡Una historia que nos llena de orgullo!
Desde 1994, el mezcal cuenta con Denominación de Origen, un sello de calidad que reconoce su carácter artesanal y su diversidad. Oaxaca, la cuna del mezcal, es famosa por su tradición mezcalera, pero también se produce en otros estados como Durango, Guerrero y Puebla.
Variedades y Clases: Un Mundo de Sabores

Oaxaca nos regala más de 30 especies de agave, cada una con su personalidad. El Espadín, Tobalá, Tepeztate y Madre Cuixe son solo algunos ejemplos. Y para que te hagas todo un experto, aquí te presentamos las clases de mezcal:
Blanco o Joven
Puro y transparente, directo del alambique.
Madurado en Vidrio
Descansado en vidrio bajo tierra, ¡un secreto ancestral!
Reposado
Con unos meses en barrica, adquiere notas suaves y amaderadas.
Añejo
Años en barrica, para los paladares más exigentes.
Abocado con
Con sabores añadidos como gusano de maguey o frutas.
Destilado con
Con sabores añadidos como gusano de maguey o frutas.
Cada agave y cada clase de mezcal nos ofrece un abanico de sabores: florales, frutales, terrosos, ahumados… ¡Una experiencia sensorial única!
El Arte de Elaborar Mezcal

La magia del mezcal comienza con el agave, que tarda años en madurar. Los jimadores, con su sabiduría ancestral, cosechan las piñas y las cocinan en hornos de piedra subterráneos. Este proceso lento y ahumado es el alma del mezcal.
Luego, las piñas se muelen en tahonas de piedra, se fermentan en tinas de madera y se destilan en alambiques de cobre o barro. El maestro mezcalero, con su experiencia, selecciona el “corazón” del destilado, la parte más pura y aromática.
Algunos mezcales descansan en barricas de roble, mientras que otros se embotellan jóvenes, conservando su esencia original.
Denominación de Origen: Un Sello de Calidad
El Consejo Regulador del Mezcal (CRM) certifica que cada botella cumple con los estándares de calidad y autenticidad. ¡Un orgullo para México!
Además, muchos productores se preocupan por la sostenibilidad, replantando agaves y protegiendo las especies silvestres.
Disfruta el Mezcal: Tradición y Sabor
El mezcal es perfecto para celebrar nuestras tradiciones, como el Día de Muertos, o para sorprender a tus invitados con un cóctel único. ¿Te animas a probar un Mezcal Negroni o una Mezcal Margarita?
Y si quieres maridar el mezcal con comida, ¡las opciones son infinitas! Desde ceviche hasta mole, el mezcal realza los sabores y nos invita a un viaje gastronómico.
El mezcal es un arte que combina naturaleza, tradición y pasión. Cada botella es una historia que nos conecta con nuestra tierra y nuestra cultura. ¡Salud!
Profundizando en el Proceso Artesanal

Cada etapa de la producción del mezcal en Oaxaca es un testimonio de la dedicación y el respeto por la tradición. Desde la selección de los agaves maduros hasta el reposo en barricas de roble, cada paso se realiza con meticulosidad y cuidado.
La cocción de las piñas en hornos de piedra subterráneos es un proceso lento que puede durar varios días. Este método ancestral no solo le da al mezcal su característico sabor ahumado, sino que también carameliza los azúcares naturales del agave, que son esenciales para la fermentación.
La fermentación, que ocurre en tinas de madera, es un proceso natural que depende de las levaduras presentes en el ambiente. Los maestros mezcaleros confían en su experiencia para determinar el momento óptimo para la destilación, que se realiza en alambiques de cobre o barro.
La destilación es un arte en sí misma. El maestro mezcalero selecciona cuidadosamente el “corazón” del destilado, descartando las “cabezas” y “colas” para garantizar la calidad del mezcal final.
El Mezcal y la Gastronomía: Un Maridaje Perfecto

El mezcal, con su perfil de sabor complejo y ahumado, se presta a maridajes fascinantes. La frescura del ceviche o aguachile, con su acidez cítrica y los sabores de mariscos frescos, es un contraste refrescante frente a la intensidad del mezcal.
El mezcal también complementa a la perfección platillos mexicanos tradicionales como el mole negro oaxaqueño o los tacos de camarón al pastor. La clave está en elegir el tipo de mezcal adecuado para cada platillo: un mezcal joven para platillos ligeros, un mezcal reposado para platillos con más cuerpo y un mezcal añejo para platillos complejos y sofisticados.
El Mezcal: Una Experiencia Sensorial y Cultural

El mezcal es mucho más que una bebida; es una experiencia que involucra todos los sentidos. Desde el aroma ahumado que emana de la copa hasta el sabor complejo que se despliega en el paladar, cada sorbo es un viaje a través de la tradición y la cultura mexicana.
El mezcal también es una bebida social que se disfruta en compañía de amigos y familiares. Ya sea en una cata de mezcal, una celebración tradicional o una noche de cócteles, el mezcal siempre invita a la conversación y al disfrute compartido.
Un Futuro Prometedor para el Mezcal
El mezcal está experimentando un auge a nivel internacional, gracias a su calidad, diversidad y autenticidad. Cada vez más personas descubren la magia de esta bebida ancestral y se enamoran de su sabor único.
El futuro del mezcal se ve prometedor, con un creciente interés por la sostenibilidad y la protección de las tradiciones ancestrales. Los productores de mezcal en Oaxaca están comprometidos con la preservación de las especies de agave y la promoción de prácticas responsables.
El mezcal es un tesoro de México que merece ser descubierto y apreciado.